Enfermo infeliz |
Hace un rato recibí la llamada de un querido amigo que fue a visitar a mi esposa al Hospital Almenara. Estaba sorprendido de lo bien que se ve al nosocomio. Esos pasadizos renovados y muchas otras cosas que brillan por fuera. Recordé los años 60 del siglo pasado y en un período que ingresamos por úlceras de origen desconocido. Fue en el Rebagliatti, cuando todavía se denominaba Hospital del Empleado. Máximo dos pacientes por cuarto y que, pasado el tiempo, recibe ahora a más de 4 enfermos. Tiempos que no volverán mientras no se entienda la solidaridad social.
El Hospital Almenara fue antes el Hospital Obrero. Había una distinción, pero no por discriminación, sino por los regímenes administrativos. Indudablemente que la gente que allí se atendía, era de otro nivel cultural y social. En relación con el del empleado, una notable diferencia. No recuerdo al triste presidente peruano que eliminó este sistema y unió a todo el mundo con los mismos derechos. Hubiera sido lindo que los de peor nivel social, disfrutaran de las comodidades de los empleados. No fue así. Terminamos todos atendidos en lo peor del sistema: como obreros.
Enfermo feliz |
Tengo ocasión de concurrir a clínicas particulares y notar la diferencia del trato. Hasta los vigilantes y enfermeros tienen otro nivel de atención. Cada paciente en su propio cuarto. Te ofrecen un café y te sientes de otro lote. Pero, eso cuesta. Mi pregunta es entonces: La entidad ESSALUD ¿lo hace gratis? ¿De quien depende? Sencillamente de nosotros los asegurados. ¡Sí se paga! Por años y para siempre. Los jubilados tenemos que seguir aportando el porcentaje correspondiente para tener derecho a una buena atención. Como en las clínicas particulares. Es decir, todos debemos ser atendidos como socios.
Vuelvo al "Almenara". Tienes a un familiar grave y sólo de tan un pase para visitarlo. Los llamados "guachimanes" se toman la libertad de revisar tus bolsas y sin tomar en cuenta a las damas, sin la menor cortesía te quitan lo que llevas. Son groseros e intratables. ¿Por qué? ¿Quién los autoriza a ser tan matones? En las alas de atención al enfermo, sucede otro igual. Enfermeras que ignoran tu dolor y médicos y practicantes que parece te hicieran un acto de caridad. Si ellos viven de nuestros aportes de asegurados. Es que ¿no se dan cuenta? ¿Por qué tanta sobradera?
No es ESSALUD |
Ya es conocido que en estos hospitales de ESSALUD la vara manda. Tampoco quiero asegurar que todos los médicos son iguales. Están, y son muy pocos, los que ejercen y respetan su juramento hipocrático. Uno que está acostumbrado a su confort hogareño, tiene que soportar los ultrajes a su persona, cuando se interna para recuperar su salud.. Debería ser todo lo contrario. La costumbre es tanta, que muchos se conforman con estas anomalías. Todos hacinados y sin la privacidad elemental de un ser humano. Ya es hora que se ponga fin a estas miserias y la voz debe ser Ollanta Humala.
¡Claro que sí! El Presidente de la República y su esposa Nadine. Repito: pagamos millones de seres humanos del Perú, para lograr una atención adecuada en nuestro momentos de enfermedad. Dinero hay. Se recauda toda una fortuna de los más de 29 millones de peruanos en todo el país. Ahora, la gran mayoría y sin ofensa alguna, está acostumbrada a la miseria. Pero estamos los otros. No diferentes. Estamos los que pedimos para todos una igualdad de superior atención y mucho menos sentir el desamor de quienes tienen la obligación de atendernos. Hay historia para rato. Gracias.