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jueves, 10 de mayo de 2012

HAY QUE ESTAR EN EL SITIO PARA SABER LA REALIDAD DE ESSALUD. NOSOTROS LO SABEMOS. ¿Y LAS AUTORIDADES?

Enfermo infeliz
Hace un rato recibí la llamada de un querido amigo que fue a visitar a mi esposa al Hospital Almenara. Estaba sorprendido de lo bien que se ve al nosocomio. Esos pasadizos renovados y muchas otras cosas que brillan por fuera. Recordé los años 60 del siglo pasado y en un período que ingresamos por úlceras de origen desconocido. Fue en el Rebagliatti, cuando todavía se denominaba Hospital del Empleado. Máximo dos pacientes por cuarto y que, pasado el tiempo, recibe ahora a más de 4 enfermos.  Tiempos que no volverán mientras no se entienda la solidaridad social.

El Hospital Almenara fue antes el Hospital Obrero. Había una distinción, pero no por discriminación, sino por los regímenes administrativos. Indudablemente que la gente que allí se atendía, era de otro nivel cultural y social. En relación con el del empleado, una notable diferencia. No recuerdo al triste presidente peruano que eliminó este sistema y unió a todo el mundo con los mismos derechos. Hubiera sido lindo que los de peor nivel social, disfrutaran de las comodidades de los empleados. No fue así. Terminamos todos atendidos en lo peor del sistema: como obreros.

Enfermo feliz
Tengo ocasión de concurrir a clínicas particulares y notar la diferencia del trato. Hasta los vigilantes y enfermeros tienen otro nivel de atención. Cada paciente en su propio cuarto. Te ofrecen un café y te sientes de otro lote. Pero, eso cuesta. Mi pregunta es entonces: La entidad ESSALUD ¿lo hace gratis? ¿De quien depende? Sencillamente de nosotros los asegurados. ¡Sí se paga! Por años y para siempre. Los jubilados tenemos que seguir aportando el porcentaje correspondiente para tener derecho a una buena atención. Como en las clínicas particulares.  Es decir, todos debemos ser atendidos como socios.

Vuelvo al "Almenara". Tienes a un familiar grave y sólo de tan un pase para visitarlo. Los llamados "guachimanes" se toman la libertad de revisar tus bolsas y sin tomar en cuenta a las damas, sin la menor cortesía te quitan lo que llevas. Son groseros e intratables. ¿Por qué? ¿Quién los autoriza a ser tan matones? En las alas de atención al enfermo, sucede otro igual. Enfermeras que ignoran tu dolor y médicos y practicantes que parece te hicieran un acto de caridad. Si ellos viven de nuestros aportes de asegurados. Es que ¿no se dan cuenta? ¿Por qué tanta sobradera?

No es ESSALUD
Ya es conocido que en estos hospitales de ESSALUD la vara manda. Tampoco quiero asegurar que todos los médicos son iguales. Están, y son muy pocos, los que ejercen y respetan su juramento hipocrático. Uno que está acostumbrado a su confort hogareño, tiene que soportar los ultrajes a su persona, cuando se interna para recuperar su salud.. Debería ser todo lo contrario. La costumbre es tanta, que muchos se conforman con estas anomalías. Todos hacinados y sin la privacidad elemental de un ser humano. Ya es hora que se ponga fin a estas miserias y la voz debe ser Ollanta Humala.

¡Claro que sí! El Presidente de la República y su esposa Nadine. Repito: pagamos millones de seres humanos del Perú, para lograr una atención adecuada en nuestro momentos de enfermedad. Dinero hay. Se recauda toda una fortuna de los más de 29 millones de peruanos en todo el país. Ahora, la gran mayoría y sin ofensa alguna, está acostumbrada a la miseria. Pero estamos los otros. No diferentes. Estamos los que pedimos para todos una igualdad de superior atención y mucho menos sentir el desamor de quienes tienen la obligación de atendernos. Hay historia para rato. Gracias.

domingo, 6 de mayo de 2012

EL HOSPITAL ALMENARA. OTRO MARTIRIO PARA LOS ENFERMOS Y SUS FAMILIAS. ALLÍ TENGO INTERNADA A MI ESPOSA Y LA ESPERA DESESPERA.

Gran hacinamiento
Acabamos de retornar del Hospital Almenara, antíguo Hospital Obrero en la Av. Grau. Un domingo de visita a mi Antonieta que ya tiene internada más de dos semanas. Es lamentable opinar que en ese centro de salud, no se respira por ningún lado un sentimiento de humanidad hacia los enfermos. No generalizo, porque hay excepciones. Conseguir una cama es una misión de mucho esfuerzo y vuelve a darse la ingrata figura del recomendado. Si no tienes padrino, mejor olvídate de tu salud.

Me atrevo a hacer una comparación y creo que en Sabogal, hay un ambiente más positivo hacia los enfermos. Las salas de hospitalización son más amplias y con menos pacientes. En el Almenara, da pena observar el hacinamiento de enfermos en cada sala. Una incomodidad durante las horas de visita, porque no hay donde sentarse y acompañar al enfermo. ¡Cláro, no es una fiesta! Muchas personas visitantes en un  sitio donde es difícil acomodarse. Algo que no ha cambiado ni cambiará.

Espera insoportable
Nos dio gusto ver los pasadizos muy bien cuidados y cuyas paredes resplandecen por el brillo de sus mayólicas. Como se dice: "por fuera flores y por dentro temblores". ¿Cuándo se pensará en mejorar la estadía de los enfermos en esas salas deprimentes? No hay cortinas ni persianas en sus ventanales. El resplandor del Sol es molestoso y por las noches se observa todo el trajinar de los trabajadores y los equipos de limpieza.  Las luces externas, se filtran al lugar que debe ser de reposo absoluto.

Repito que ESSALUD, no es salud. Es salir deprimido. Nos da la impresión que los millones de soles que aportamos los asegurados, no fueran suficientes para que en tantos años de funcionamiento, no podamos disfrutar de una buena atención. Conocí a un practicante llamado Bruno Molina, sin  la más elemental condición de humanidad ni respeto hacia los enfermos y sus familias. Le hice una pregunta y pareciera que no le hablara nadie. Una indiferencia propia de atorrantes que no deberían ejercer allí. 

Sin privacidad
Es que ser médico requiere condiciones especiales y una preparación y paciencia para disminuir las tensiones y nerviosismos de los pacientes y sus familias. No tienen ni la más mínima noción de su misión sagrada. Ojalá que este gobierno haga algo por transformar esas atenciones en los hospitales de la Seguridad Social. Dinero hay. Está mal empleado. Hay que mejorar los servicios y hacer de esas salas, un lugar que permita a los enfermos salir renovados para siempre.

El hacinamiento humano es terrible. Así se le paga al enfermo que aportó toda su vida para algún día recibir la mejor atención. No hay cortinas ni persianas. No hay privacidad y por ende la molestia de no poder vivir su intimidad, a la que está uno acostumbrado en su hogar. Es que ser enfermo es un atroz castigo. Es como ingresar a una cárcel y ser víctimas de los vigilantes, pobres individuos que se toman libertades que no les corresponden.  Haga algo Presidente Humala, para que esto termine. Gracias.