¡Te quiero Hospital Sabogal del Callao! |
Ayer 6 de Octubre y gracias a mi amiga Patty, mi oncóloga tratante en el Sabogal, debía ir a retirar una "cita adicional". Necesaria para ver los últimos resultados de laboratorio y tomografía que, igual a todo, fue un perder el tiempo de ir repetidas veces al Callao y para nada. No hay reactivos, no hay medicina y no hay tomógrafo. Lo peor de todo, NO HAY SENSIBILIDAD en los módulos de "desatención". Ayer, entre idas y venidas más las 5 horas que estuvimos en sus instalaciones, completamos 9 horas de tediosa espera. Les cuento: Nos había recomendado Patty que fuéramos a las 12 del mediodía. Así fue. Llegamos al módulo 14 y con unas ganas tremendas de no atendernos nos escuchó la empleada Beatriz Barahona.
Observó nuestro DNI y una receta anterior que debió cumplirse en Octubre. Reaccionó y nos mandó hasta Febrero en que se daban nuevas citas. Le dije que la propia doctora nos había indicado ir el 6. Puso mala cara y se fue a la consulta, Retornó con que me iban a atender a las 3 y puso empeño en entregarnos el ticket. Cumpliendo con el trámite indagó si teníamos la carta de referencia. Afirmé que no y retornó al consultorio de mi doctora. Ella, tan gentil siempre, me otorgó la extensión y Beatriz nos envió a completar el trámite en el módulo 9 y otro desatento empleado, como que hace las cosas automáticamente, nos afirmó que ya estaba resuelto. Otra caminata al 14 y Beatriz Barahona se enfrentó a su computadora y esta le indicó que no había procedido la reactivación de la "carta de referencia".
¡Me quiero morir! |
Me volvió a enviar al módulo 9. Daban ya las 12. La obedecí y el fulano de la 9, siempre con "unas ganas tremendas de atendernos" revisó, miró bien e hizo su truco de que todo estaba correcto. Hasta se sorprendió. Gran actor. Esta "pelota de ping pong" retornó a lo de la Barahona y ¡ya no estaba! Se había ido a almorzar. ¡Qué con...ciencia! Felizmente estaba la pareja de atención del módulo 14, llamada Sandra Mejía y al ver que rabiábamos en silencio nos inquirió sobre lo que necesitábamos. Miró a su pantalla y nos dio la bendita "cita adicional". La hora ya era la UNA. Me sugirió que fuera a almorzar porque la atención empezaba a las dos de la tarde. Un hermoso paseo y a aprovechar de sacar los resultados de tomografía y de laboratorio. Colas y demás laberintos. Mejor no comentamos estos otros desagradables momentos.
Sandra me recomendó un "huarique" para almorzar y allí, cerca al módulo de atención general, había un lleno de bandera y sólo una silla. Se habían contagiado los del comedor particular, de los mismos desganos de los módulos vecinos. Tres ofertas y escogimos la de Ocho soles porque salía al toque. Nos sentamos y al lado de una gentil señora que también hacía tiempo, esperamos durante 20 minutos. A nosotros nos llegó el menú casi al final. Conversamos y oíamos sus quejas y también sus buenas expresiones sobre Patty. Era también su paciente. A la mesa se integró un médico en busca de almuerzo y, como nosotros, también tuvo que esperar.
Gente esperando cita. ¡Qué horror! |
Es que en el Hospital Sabogal del Callao, todo es espera. Hasta para almorzar. El mencionado médico nos mostró unas tarjetas suyas y en la que se muestra un producto, según él, la muerte del cáncer. Iba a dar una conferencia para los interesados y nos invitó a que concurriéramos. Imposible. La dama le indagó por qué no se aplicaba esa cura en el hospital y dijo que era muy cara. Sin embargo él la promueve. Es el laboratorio LP CENTER en Lince.¡Da buenas regalías! Nos recomendó integrarnos a esta campaña y si es cierta, pronto estaremos comentándolo en este mi blog "ESMISALUD". Nos despedimos y otra vez al consultorio a volver a esperar. Estaba Sandra Mejía y nos invitó a tomar asiento. Ojalá fuera a las 3 de la tarde. Ya queríamos retirarnos de este martirio, propio como para hacer penitencia en Semana Santa.
Nada más falso. Reclamé y me dijeron que no habían traído mi historia. Otro "vejancón" como yo, que daba vueltas como un trompo, resultó muy simpático y me dijo llamarse Eduardo Bloisa, un barrioaltino criollazo y buena gente con gran sentido del humor. Un cangrejo le había ocasionado la pérdida de la voz pero se hacía entender y también esperaba a Patty. A las 4 y 30 nos llamaron y cumplí con ver a mi doctora y saber que estamos muy bien gracias a Dios. No la hicimos larga y le di la posta a Eduardo "La Voz que acaricia". Me retiré a las 5. Todo por una "Cita Adicional". En síntesis, ese fue mi regalo de Reyes. Fui a ver a mis nietos y retorné tarde a casa. ¿Qué les parece esta historia? ¡Común, en todos los hospitales de ESSALUD! Saludos Presidente Ollanta Humala. Gracias.
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