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sábado, 7 de enero de 2012

LA HISTORIA DE "UNA CITA ADICIONAL" EN EL HOSPITAL SABOGAL. CINCO HORAS DE TRÁMITE Y ESPERA POR LA INSENSIBILIDAD QUE EXISTE EN LOS MÓDULOS.

¡Te quiero Hospital
Sabogal del Callao!
Ayer 6 de Octubre y gracias a mi amiga Patty, mi oncóloga tratante en el Sabogal, debía ir a retirar una "cita adicional". Necesaria para ver los últimos resultados de laboratorio y tomografía que, igual a todo, fue un perder el tiempo de ir repetidas veces al Callao y para nada. No hay reactivos, no hay medicina y no hay tomógrafo. Lo peor de todo, NO HAY SENSIBILIDAD en los módulos de "desatención". Ayer, entre idas y venidas más las 5 horas que estuvimos en sus instalaciones, completamos 9 horas de tediosa espera. Les cuento: Nos había recomendado Patty que fuéramos a las 12 del mediodía. Así fue. Llegamos al módulo 14 y con unas ganas tremendas de no atendernos nos escuchó la empleada Beatriz Barahona. 

Observó nuestro DNI y una receta anterior que debió cumplirse en Octubre. Reaccionó y nos mandó hasta Febrero en que se daban nuevas citas. Le dije que la propia doctora nos había indicado ir el 6. Puso mala cara y se fue a la consulta, Retornó con que me iban a atender a las 3 y puso empeño en entregarnos el ticket. Cumpliendo con el trámite indagó si teníamos la carta de referencia. Afirmé que no y retornó al consultorio de mi doctora. Ella, tan gentil siempre, me otorgó la extensión y Beatriz nos envió a completar el trámite en el módulo 9 y otro desatento empleado, como que hace las cosas automáticamente, nos afirmó que ya estaba resuelto. Otra caminata al 14 y Beatriz Barahona se enfrentó a su computadora y esta le indicó que no había procedido la reactivación de la "carta de referencia". 

¡Me quiero morir!
Me volvió a enviar al módulo 9. Daban ya las 12. La obedecí y el fulano de la 9, siempre con "unas ganas tremendas de atendernos" revisó, miró bien e hizo su truco de que todo estaba correcto. Hasta se sorprendió. Gran actor. Esta "pelota de ping pong" retornó a lo de la Barahona y ¡ya no estaba! Se había ido a almorzar. ¡Qué con...ciencia! Felizmente estaba la pareja de atención del módulo 14, llamada Sandra Mejía y al ver que rabiábamos en silencio nos inquirió sobre lo que necesitábamos. Miró a su pantalla y nos dio la bendita "cita adicional". La hora ya era la UNA. Me sugirió que fuera a almorzar porque la atención empezaba a las dos de la tarde. Un hermoso paseo y a aprovechar de sacar los resultados de tomografía y de laboratorio. Colas y demás laberintos. Mejor no comentamos estos otros desagradables momentos.

Sandra me recomendó un "huarique" para almorzar y allí, cerca al módulo de atención general, había un lleno de bandera y sólo una silla. Se habían contagiado los del comedor particular, de los mismos desganos de los módulos vecinos. Tres ofertas y escogimos la de Ocho soles porque salía al toque. Nos sentamos y al lado de una gentil señora que también hacía tiempo, esperamos durante 20 minutos. A nosotros nos llegó el menú casi al final. Conversamos y oíamos sus quejas y también sus buenas expresiones sobre Patty. Era también su paciente. A la mesa se integró un médico en busca de almuerzo y, como nosotros, también tuvo que esperar.

Gente esperando cita.
¡Qué horror!
Es que en el Hospital Sabogal del Callao, todo es espera. Hasta para almorzar. El mencionado médico nos mostró unas tarjetas suyas y en la que se muestra un producto, según él, la muerte del cáncer. Iba a dar una conferencia para los interesados y nos invitó a que concurriéramos. Imposible. La dama le indagó por qué no se aplicaba esa cura en el hospital y dijo que era muy cara. Sin embargo él la promueve. Es el laboratorio LP CENTER en Lince.¡Da buenas regalías! Nos recomendó integrarnos a esta campaña y si es cierta, pronto estaremos comentándolo en este mi blog "ESMISALUD". Nos despedimos y otra vez al consultorio a volver a esperar. Estaba Sandra Mejía y nos invitó a tomar asiento. Ojalá fuera a las 3 de la tarde. Ya queríamos retirarnos de este martirio, propio como para hacer penitencia en Semana Santa.

Nada más falso. Reclamé y me dijeron que no habían traído mi historia. Otro "vejancón" como yo, que daba vueltas como un trompo, resultó muy simpático y me dijo llamarse Eduardo Bloisa, un barrioaltino criollazo y buena gente con gran sentido del humor. Un cangrejo le había ocasionado la pérdida de la voz pero se hacía entender y también esperaba a Patty. A las 4 y 30 nos llamaron y cumplí con ver a mi doctora y saber que estamos muy bien gracias a Dios. No la hicimos larga y le di la posta a Eduardo "La Voz que acaricia". Me retiré a las 5. Todo por una "Cita Adicional". En síntesis, ese fue mi regalo de Reyes. Fui a ver a mis nietos y retorné tarde a casa. ¿Qué les parece esta historia? ¡Común, en todos los hospitales de ESSALUD! Saludos Presidente Ollanta Humala. Gracias.

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