¡Hay que operar! |
Vamos a dar relieve a un gran médico, un profesional que tuvo en sus manos la vida futura del que reseña esta página. Fuimos llevados de emergencia, ante una necesidad de atención por deterioro de nuestra salud. Nuestra robustez física, había quedado disminuída ante el feroz ataque del cancer. El colon, ese pedazo de tripa que se ve atacado de sorpresa, reclamó alarmado una atención. Todo sucedió vertiginósamente desde aquel 3 de Marzo de 2008. Sorpresas que nos da la vida.
Lo que es la coincidencia. Previamente, antes de ser llevado al Hospital Sabogal, me encomendaron a Martín de Porres, el Santo de los Humildes y por el que guardo gran devoción. Todo lo previo a nuestra operación, la debo al Dr. "Martín" Mondragón, médico de gran voluntad y hoy amigo mío. El cirujano que debía extirparme el dañino tumor, créanlo, es verídico: ¡el Dr. "Martín" Colca Ccahuana! Un profesional en toda la expresión de la palabra. Nuestro caso era muy delicado y nos confiamos a él.
Tres personajes del mismo nombre, "Martín", algo así como que el Santo Moreno se transfiguró para ayudarme. Al margen de esta anécdota viva, debo reconocer la sapiencia del Dr. Colca. Casi dos años después, en una "colonoscopía" de rigor, como parte del chequeo que me corresponde, el Dr. Carlos Alberto García, gastroenterólogo del "Sabogal", tuvo frases de elogio con respecto a la cirugía de mi médico. Tuvo frases alentadoras y que ayudaron a levantar mi moral.
Existen situaciones difíciles de superar en este hospital. Nuestra atención, está supeditada a la buena voluntad de sus trabajadores. Esos módulos, con señoritas y caballeros que creen nos hacen un favor, deben ser objeto de una adecuada observación y que sepan que a los que atienden, son en realidad los que les permiten ganar sus sueldos. Millones de sanos y enfermos, mantenemos a ESSALUD. No cuesta nada una mayor voluntad en sus atenciones. Por supuesto que hay buenas excepciones.
Un saludo especial a mi oncóloga la Dra. Patricia Pimentel Álvarez. En sus manos reposan mis esperanzas de vida, como así también la de miles de pacientes que la conocen y saben de su bondad. Agradecido a "Martín", cualquiera de los tres. Un veraz desagravio a mi cirujano, víctima de la prensa periodística cargamontón. Con toda humildad: ¡Gracias DR. MARTÍN COLCA CCAHUANA, por salvarme la vida! Mi respaldo y admiración por su noble tarea al frente de su equipo de cirugía. Gracias otra vez.
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